En 1984, un grupo de cinco mujeres católicas terminaban el sexto año de un estudio de las Escrituras, sin denominación religiosa, llamado “Bible Study Fellowship” (BSF). A través de este estudio se dieron cuenta del por qué la Escritura es llamada Palabra Viva de Dios, y de cuánto esta Palabra impactó sus propias vidas. A partir de esa toma de conciencia del poder de las Escrituras, aunado a su profundo y permanente amor a su fe católica, vino el deseo de transmitir ese conocimiento y experiencia a los demás. Comenzaron entonces a buscar un estudio que pudiera compararse al que ellas habían hecho.

Después de algún tiempo de búsqueda infructuosa, consultaron a un sacerdote, quien les sugirió que tuvieran reuniones regulares para orar y pedir que el Señor las guiara. Se reunieron una vez por semana, durante más de un año, y se les unieron otras personas también comprometidas con el poder de la oración y el desarrollo de un estudio católico de la Biblia. Estaban constantemente sorprendidos por su unidad en el propósito y engranaje de sus ideas. Creyendo que esto era una confirmación de que el Espíritu Santo los estaba guiando, formularon un plan para poner en marcha el Estudio de Biblia Católico Cornerstone. En 1986, un estudio piloto del Evangelio según San Marcos, comenzó en la Iglesia Católica de San Pedro, en Kirkwood, Missouri. En 1989, había ya cuatro ramas del estudio establecidas en St. Louis, y para el 2015, el número creció a 18 ramas en 7 estados, contando con más de 1.000 miembros en todo el país. (Haga clic aquí para obtener la ubicación de las ramas de Cornerstone.)

Desde el principio, los fundadores adoptaron un proceso de oración y discernimiento en todas las decisiones relacionadas con el crecimiento y operaciones de Cornerstone. Aprendieron a confiar en su creencia de que si algo es de Dios, florecerá; y si no es así, fallará (idea tomada de Hechos 5:38-39). Cornerstone existe hoy en día, por el poder de Dios que actúa en presencia de una comunidad comprometida que ama al Señor y donde se aman los unos a los otros. “La piedra que desecharon los constructores”, se ha convertido realmente en Cornerstone (la piedra angular). Cornerstone es una obra del Señor maravillosa a nuestros ojos.